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¿Qué le puedo medir a un libro?

Así empieza la exploración obsesiva de las métricas literarias.

También así se pueden presentar las obsesiones. Vengo todo el camino repitiendo e ideando: ¿qué le puedo medir a un libro? La idea lleva tiempo rondando la cabeza, la intención de hacer se va acrecentando, las cosas tienen su momento y hoy exploté.

Tengo conmigo mi libro de Restauración firmado por Ave Barrera y me ayuda a pensar cómo puedo empezar…

¿Cómo llega a mí? ¿Cómo lo adquirí? Tal vez lo compré, me lo regalaron, es prestado, lo encontré o quizás hasta lo robé (¿trueque?, ¿sería una compra o quizás un intercambio?). Cada uno de estos orígenes a su vez tiene sus derivados: ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿quién? El cuándo puede ser exacto, con hora y todo, hasta un periodo de tiempo difuso. El dónde: El Péndulo, la FIL, Italia o el sitio donde lo descargué pirata. El quién: persona o entidad. Un mundo en sí mismo. Podría escribir una nueva historia solo del origen de un libro. Sobre el formato: físico, digital y audiolibro, ¿hay más? Película tal vez, al final consumimos una historia.